Su papel en este pueblo durante casi toda su vida, fue alternar entre el trabajo del campo, sus estancias en los Estados Unidos con fines de trabajo, y desarrollar su gran pasión, ser maestro de ceremonias, especialmente durante las ferias de su pueblo.
Su fuerte era narrar los juegos de beis bol, su deporte-pasión era ser animador de charreadas, jaripeos e incluso, también le gustaba cantar. Una de sus canciones favoritas fue La Medallita de Oro. También fue asiduo lector de Voz del Norte, para cuyo medio en más de una ocasión escribió, con la sencillez y valor que siempre le caracterizaron.
Fue un hombre que amó a su pueblo hasta el cansancio —si él hubiera querido o ambicionado el poder—, con la mano en la cintura habría ganado cualquier elección, ya fuera la presidencia municipal o cualquier puesto de carácter popular; sin embargo, siempre se mantuvo al margen de estos menesteres.
En más de una ocasión así lo manifestó. Siempre llevó consigo la humildad y en ello cosechó la grandeza que ello implica; don Toño siempre estuvo al lado de los desvalidos, jamás negó cualquier ayuda a quien se lo pidiera, siempre conservó el buen humor hasta el último día de su vida.
A pesar de pertenecer a la clase media del pueblo, Don Antonio Caldera Ramírez siempre estuvo al lado de las mayorías… Quien no conoció al gran Toño Caldera Ramírez no conoció Huejuquilla; fue un ícono de nuestro pueblo con su voz inconfundible, su voz de trueno como alguien alguna vez le dijera.
Amigos de este su periódico Voz de Norte, que nos brinda la oportunidad de informar de los acontecimientos de nuestros pueblos, como en el caso que hoy nos ocupa: nuestro personaje fue por mucho tiempo maestro de ceremonias en todos los eventos oficiales.
Lo mismo colaboraba en su organización como en la Feria, en la Judea; estuviera donde estuviera, él siempre estaba presente aunque seguido viajaba a Estados unidos por cuestiones familiares.
Colaboró para Radio Huejuquilla que dirige José Madera “El Tallo” y fue miembro del Club de Leones. Don Antonio promovió la organización en Huejuquilla, el Proyecto Bracero para que los ex braceros cobraran su recurso que habían ganado en este programa cuando trabajaron en Estados Unidos, recurso que les fue arrebatado por el gobierno mexicano.
Cabe aquí recordar que los diputados y senadores aprobaron una miserable cantidad que hasta la fecha no han terminado de pagar.
Toño fue un hombre que amó a su familia y después de que perdiera a su esposa, nunca se volvió a casar.
En la feria de Huejuquilla 2015 narró los últimos dos juegos de beisbol, deporte que amó profundamente. Por cierto, en el juego del día 27 compartió micrófonos con José Luis Lamas Madera y no lo hizo nada mal.
Se fue con un sentimiento. Eso lo manifestó a quien esto escribe unos días antes de su partida, y no quiero quedarme con él: la administración anterior, incluyendo la presente, le interrumpieron su trayectoria como maestro de ceremonias, “me mandaron a la chingada, después te cuento"…, se le llenaron los ojos de agua salada, quedando en mi celular después…."en un momento te llamo"….
Ya en la coronación, se le vio llegar… tomó un asiento como cualquier otro parroquiano. Por la mañana me había dicho que Cristóbal Espinoza le había mandado una lista de peloteros antiguos, que me pasaría una copia.
Debieron las autoridades dejarlo que terminara su ciclo.
Hoy, hay una deuda pendiente. Se propone que el estadio lleve su nombre, es una propuesta como la de cualquier ciudadano. Hace unos años se propuso, sin embargo…
En su partida viene a la mente una canción de Alberto Cortez: “CUANDO UN AMIGO SE VA”.
Cuando un amigo se va
deja un espacio vacío
que no puede llenar
la llegada de otro amigo.
Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río…
Cuando un amigo se va…
A todos sus hijos, hermanos y demás familiares, y a sus muchos amigos va un abrazo.
ING. ARCADIO MADERA SARMIENTO