Podemos hablar mucho del contenido de sus poemas, del temple y de la calidad humana de esta gran mujer que ya no está entre nosotros; pero, lo que si queremos subrayar, es que su obra literaria forma parte de la esencia de su vida dentro de la historia de un pueblo que ha sobrevivido a través de los años y en cada poesía, Sarita nos transmite las experiencias amargas y dulces que convivió en cada una de las etapas de su vida.
Sarita logró su objetivo, cumplió su sueño e hizo realidad la impresión de su libro poético, donde además, los que han leído parte de su contenido, han logrado revivir los fragmentos de su vida, quien nos da una catedra a través de la lectura, sobre el cariño y aprecio que debemos de manifestar para todo lo que se encuentra en nuestro alrededor.
Incansable hasta los últimos días de su existencia, junto con su hermana María de los Ángeles, ambas irradiaban una extraordinaria energía para otro tipo de actividades cotidianas, ya que ellas gracias a su ingenio y destreza, elaboraban arreglos florales de todos tamaños, piñatas y la especialidad que las caracterizaba, eran las flores de papel crepé, por lo que ante la calidad de este tipo de manualidades, tuvieron gran demanda en los grandes eventos religiosos y los tradicionales rodeos de la misma Región Norte de Jalisco, Zacatecas y Aguascalientes, entre otros lugares más.
Su hermana Maruca, también por cierto, escribió el libro de poemas titulado: “A Mi pueblo,” mismo que se presentó ante la sociedad, en el mismo lugar y en una fecha posterior a su fallecimiento.
María de los Ángeles nació en el municipio de Santa María de los Ángeles, Jalisco, el 8 de septiembre de 1926 y murió el 27 de noviembre de 1997 y Sarita llegó a este mundo, el 30 de agosto de 1928 y falleció el 10 de noviembre de 2014, en la misma población.
Con la existencia de libros como el de Sarita y María de los Ángeles Herrera Covarrubias, así como de otros autores que han coexistido en los municipios de la Zona Norte de la entidad, se demuestra que hay personas con gran talento, con destrezas, con habilidades y que poseen excelentes capacidades de competencia, para las diversas manifestaciones en la cultura, la música, el deporte, en lo artesanal, en la pintura y la escultura, entre otras actividades.
Hay que tener presente, que la lectura proporciona una gran apertura a la imaginación, incrementa el acervo cultural y engrandece a la persona. Sin embargo, según los expertos en la materia, aquellos estudiantes que no tengan el hábito de leer un libro, siguen viviendo bajo la sombra de la inopia y caminan por la ruta del fracaso escolar, entre otras consecuencias.
Y ya en lo general, cada uno de los poemas que se escriben y quedan impresos en un libro, estos se convierten en un legado para las nuevas generaciones y más que una obra literaria, es fundamental, para familiarizar su contenido entre padres de familia y sus hijos, los maestros con los estudiantes de la comunidad, para que juntos se descubran las diferentes manifestaciones de la vida literaria, cultural y del conocimiento.
